
En la actualidad, el uso masivo de internet y de redes sociales ha facilitado la comunicación global, pero ha traído como consecuencia nuevas formas de delitos, especialmente aquellos que afectan a los menores de edad.
En Alcalde Abogados, explicaremos hoy el delito de grooming, cómo se prueba dicho delito, qué consecuencias jurídicas conlleva y qué medidas pueden adoptarse para prevenir y denunciar.
Qué es el grooming
Se define el grooming como el acoso o captación de menores de edad con fines sexuales a través de medios tecnológicos. Están implicados un adulto, que contacta con un menor de edad a través de internet para establecer un vínculo de confianza, con el objetivo de obtener material de contenido sexual o concretar un encuentro físico para abusar sexualmente del menor. Este delito se compone de varias fases que el adulto sigue para conseguir sus objetivos.
En España, el delito de grooming está regulado por la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, aún vigente. El artículo 181 del Código Penal castiga el contacto con menores de 16 años con fines sexuales, incluso si no llega a concretar encuentro físico.
Elementos que componen el delito de grooming
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- Existencia de un contacto visual: a través de internet, chats, videojuegos en línea, entre otros.
- Intención dolorosa: el objetivo del contacto es obtener imágenes de contenido sexual o concretar un encuentro para abusar del menor.
- Edad de la víctima: la víctima debe ser menor de edad, aunque la legislación puede variar en cuanto al límite específico (16 y 18 años según el país)
- Uso de tecnologías de la información: el delito se comete utilizando internet, dispositivos móviles u otras herramientas.
Cómo se prueba el delito de grooming
La prueba digital es sumamente importante en los casos de grooming. Las evidencias más comunes incluyen:
- Conversaciones en redes sociales, aplicaciones de mensajería o correos electrónicos.
- Capturas de pantalla de mensajes, imágenes o vídeos compartidos.
- Registros de actividad en aplicaciones o videojuegos en línea.
- Peritajes informáticos que permitan recuperar datos eliminados o analizar dispositivos electrónicos.
Es crucial que estas pruebas se recojan de manera adecuada para garantizar su validez en un proceso judicial. La cadena de custodia y la intervención de peritos especializados en delitos informáticos son esenciales.
Consecuencias jurídicas
Las penas para el delito de grooming varían dependiendo del país y de la gravedad de los hechos, pero en general, las sanciones incluyen:
Prisión
Las penas pueden ir desde 6 meses hasta más de 6 años, dependiendo de si hubo material de contenido sexual involucrado o si se concretó un abuso.
Agravantes
Si el groomer pertenece a una posición de confianza o autoridad sobre el menor, como un docente, entrenador, etcétera, las penas pueden aumentar.
Inhabilitación
En algunos casos, el condenado puede ser inhabilitado para ejercer profesiones que impliquen contacto con menores.
Cómo prevenir el grooming
La prevención del grooming no recae únicamente en la familia o entorno educativo, algunas medidas que deben tomar el Estado y los profesionales del derecho son:
- Legislación actualizada: promover leyes que se adapten a los nuevos desafíos tecnológicos
- Educación digital: fomentar programas de concientización sobre el uso seguro de internet en escuelas y comunidades, además de la protección de datos personales.
- Capacitación de operadores jurídicos: jueces, fiscales, abogados y fuerzas de seguridad deben estar capacitados en delitos informáticos.
- Cooperación internacional: dado el carácter transnacional de muchos casos de grooming, la colaboración entre países es vital para investigar y sancionar a los responsables.
En el papel de un abogado también es fundamental:
- Asesorar adecuadamente a la familia de la víctima, explicando los pasos legales a seguir y la importancia de preservar pruebas.
- Intervenir rápidamente para solicitar medidas cautelares, como la restricción de contacto entre el agresor y el menor.
- Coordinar con peritos informáticos para la recolección de pruebas digitales.
- Promover el acompañamiento psicológico para la víctima, ya que el impacto emocional suele ser profundo.
El grooming es un delito complejo que requiere un enfoque integral desde el ámbito legal. El papel de la abogacía no solo tiene la responsabilidad de representar a sus clientes, sino también de contribuir a la prevención y concientización sobre este tipo de delitos.
En un mundo, donde la huella digital se hace más grande, la formación en derecho penal tecnológico es esencial para abordar de manera eficaz los desafíos que presenta el grooming y otros delitos de este carácter. La protección de los menores debe ser una prioridad tanto en el ámbito legal como en la sociedad en su conjunto.
Si estás interesado en alguno de nuestros servicios, puedes contactar con nosotros sin compromiso.